sábado, 28 de abril de 2012

JAMON...JAMON


Comentario de Teo.
Para no variar amanece lloviendo. Dudas, lamentos y, después de reponer
fuerzas y preparar el equipaje a las 9:30 nos ponemos en ruta hacia Zafra.
Las circunstancias nos obligan a olvidar la pista de tierra y continuar la
ruta por carretera. Hacemos la primera parada en una gasolinera abandonada
y, desde allí, me cito con mi primo Pepe Pizarro en la Pz Mayor de Zafra
donde tenemos previsto hacer un habituallamiernto. El agua no cede y Ramón,
cansado de estar pasado por agua no cesa de protestar y buscar alternativas
para evadirla. Está dispuesto a seguirnos pero se resiste a soportar las
inclemencias del tiempo.

LLegamos a la Pz Mayor y de inmediato entramos en el restaurante dispuestos
a dar cuenta de lo que nos ofrezcan. Mientras tanto llega Pepe y después de
las correspondientes presentaciones nos disponemos a tomar el refrigerio
acompañado por un buen sorbo de vino (!Qué buen cuerpo nos dejaba!) Entre
copa y copa surge el dilema: Pepe nos ofrece quedarnos en su chalet para
descansar y reponer fuerzas. Ramón, no lo duda y rápìdamente asume como
propia la propuesta. Yo, la rechazo de entrrada por considerar que entorpece
todos los planes previstos. Se abre una discusión y con el apoyo de Javi y
la no definición de Paco, me quedo solo y por mayoría se decide alterar los
planes y aceptar tan generosa oferta.

Se pone en marcha la maquinaria, nos dirigimos al Chalet donde nos
encontramos una amigable fogata. Cambio de indumentaria y nos dirigimos al
"Comeero" donde nos espera una apetitosa comida a base de productos típicos
de la zona: jamón serrano, quesos y solomillo. Terminada la comida Pepe, muy
satisfecho y preocupado por nuestra ruta nos sorprende con un original
obsequio: una petaca para que podamos alegrar el camino y confortar nuestros
cuerpos con el nectar de los dioses.
Finaliza el ágape con estómagos repletos  y cierto cansancio que nos invita
a un descanso que religiosamente cumplimos al llegar  de nuevo a nuestro
aposento.
Pasada la siesta llega la hora del recuerdo. Paco y Javi se quedan atizando
el fuego y Ramón y yo con Pepe nos dirigimos a Fuente del Maestre a visitar
el cole donde yo estuve internado hace la friolea de 50 años. Y yo, que me
oponía a detenernos en Fuente, tengo la oportunidad de rememorar aquellos
tiempos de mi infancia que marcaron un cambio de rumbo en mi vida.
Antes de terminar esta crónica quisiera dar las gracias a mi primo Pepe
Pizarro por la generosidad de dar posada a unos peregrinos.