viernes, 4 de mayo de 2012

ZAMORA-SANTA CROYA DE TORA

Comentario de Paco

La etapa de hoy ha sido bastante tranquila, si no explico los parones para protegernos de la lluvia que como días anteriores nos ha caido intermitentemente, el viento que nos daba lateralmente, de los camiones que de vez en cuando nos absorbían con su rebufo, del pinchazo que he tenido después de Tábara, suerte que en ese momento no llovía mucho, por lo demás como he dicho bastante bien.
Nos hemos alojado en el albergue de Anita, situado en Santa Croya de Tera y tras registrarnos, sellar la credencial y ducharnos hemos pasado de inmediato a comer  con el resto de peregrinos.
Después de los postres, Teo ha sacado la botella de orujo que le regaló ayer su amigo Germán de Zamora  y ha invitado a los peregrinos a unos tragos.
De inmediato ha dicho que se iba al dormitorio a hacer la siesta y allí está todavía.
Cuando despierte iremos a dar una vuelta por los alrededores del pueblo.
Como veis ya se han acabado las emociones fuertes, Teo ya no tiene más primos, ni amigos en lo que queda de camino hasta Santiago, que pena.
Desde aquí hago un llamamiento a toda persona que tenga o haya tenido alguna relación con Teo y viva cerca de la ruta que nos lleva a Santiago, nos envie un mensaje a este blog para quedar y tomarnos unos pinchos, un cordero, una tapa de buen jamón, en fín lo que haga falta y sobre todo las emociones que no falten.




Camino de Tábara
Un cobijo en el camino



de cháchara
confraternizando en el albergue

dormitorio del albergue

MAÑANA MÁS

DE SALAMANCA A ZAMORA EN TRES HORAS


Comentario de Teo


Por fin llegamos a Zamora.
El día amenazaba lluvia y las pequeñas molestias del tiempo seguían estando
presentes cuando de nuevo retomamos nuestra estimada compañera y nos pusimos
en ruta. Agradecidos por todas sus atenciones nos despedimos de Anselmo y,
al mismo tiempo, dijimos adios al amigo Javi que regresaba para Valencia.
Valorando las circunstancias metereologicas los tres mosqueteros iniciamos
el camino por la C.N. 630 y abandonamos la ciudad de Salamanca. Con el
viento en popa y una ligera pendiente  de carretera  fuimos tomando un
alegre pedaleo y un ritmo de persecución en busca del cuarto mosquetero que,
aunque distante, en nuetra imaginación seguía estando presente y en cabeza
marcandonos el camino.
"Viento en popa y a toda vela", muy proto, llegamos a Cubo del Vino.
Repusimos fuerzas y, sin bajar la guardia, fuimos acortando distancias y en
el tiempo record de poco más de 3 h. habíamos cubierto la distancia de 67 Km
que nos separaban de Zamora. 
Cuando la lluvia empezaba a molestar, llegamos a Morales del Vino y
rápidamente nos aproximamos al puente romano donde nos encontramos con mi
antiguo compañero y amigo Germán después de 53 años. Nos saludamos y, como
buen camarada alegre y gustosamente asume el rol de anfitrión.
Primeras fotos de la ciudad y siguiendo la estela de nuetro amigo nos
dirigimos al restaurante donde dejamos a buen recaudo las bicibletas.
Reservada la comida nos tomamos un respiro para dar una vuelta por la ciudad
(Paco y Ramón) y nosotros (Germán y Teo) esperar a otro buen amigo,
J.M.Huerga, que desde Valladolid viene para compartir el día con nosotros.
A las 2:30 nos reencontramos de nuevo para comer y reponer las fuerzas
perdidas. La lluvia continua y siguiendo las recomendaciones del metre,
recreamos el paladar (que compartimos con nuetros lectores) a base  de unos
originales entrantes propios de la casa (pulpos, croquetas de bacalao y
mollejas de cordero) y un exquisito lechazo al horno.
Finalizada la comida con la sobremesa y a la vista de las circunstancias
(tentadora propuesta de nuetros amigos y amenazante tarde lluviosa),
decidimos dar por terminada la etapa y disfrutar de nuestra estancia en
Zamora. Cogemos de nuevo las bicicletas y siguiendo al coche de German nos
dirigimos al Hotel Don Sancho donde nos alojamos y cambiamos de indumentaria.
Para seguir la velada nos dirigimos en el coche a Gema del Vino a la bodega
de Germán; un especio "Sacro Santorum del vino" escavado en la montaña. Muy
pronto se une otra persona más: Lorenzo, otro viejo y simpático compañero de
colegio que haciendo gala de su buena memoria  nos ayuda a recordar y nos
alegra con sus palabras. Afloran añoranzas y viejos recuerdos que,
acompañados de abundante tapeo y aderezados con un buen vino animan la
tertulia con un pequeño viaje hacia los años de nuestra infancia: Fuente del Maestre,
Lucena...
Continúa la tarde y ya de vuelta al hotel nos invitamos de nuevo y llega,
como de costumbre, la hora de la despedida y el tiempo del descanso.


El Duero en Zamora
Nubes amenazantes sobre la N-630

La bodega de Germán

Germán, Jose Mª, Teo y el lechazo



Brindis por el reencuentro