Comentario de Teo
Por fin llegamos a Zamora.
El día amenazaba lluvia y las pequeñas molestias del tiempo seguían estando
presentes cuando de nuevo retomamos nuestra estimada compañera y nos pusimos
en ruta. Agradecidos por todas sus atenciones nos despedimos de Anselmo y,
al mismo tiempo, dijimos adios al amigo Javi que regresaba para Valencia.
Valorando las circunstancias metereologicas los tres mosqueteros iniciamos
el camino por la C.N. 630 y abandonamos la ciudad de Salamanca. Con el
viento en popa y una ligera pendiente de carretera fuimos tomando un
alegre pedaleo y un ritmo de persecución en busca del cuarto mosquetero que,
aunque distante, en nuetra imaginación seguía estando presente y en cabeza
marcandonos el camino.
"Viento en popa y a toda vela", muy proto, llegamos a Cubo del Vino.
Repusimos fuerzas y, sin bajar la guardia, fuimos acortando distancias y en
el tiempo record de poco más de 3 h. habíamos cubierto la distancia de 67 Km
que nos separaban de Zamora.
Cuando la lluvia empezaba a molestar, llegamos a Morales del Vino y
rápidamente nos aproximamos al puente romano donde nos encontramos con mi
antiguo compañero y amigo Germán después de 53 años. Nos saludamos y, como
buen camarada alegre y gustosamente asume el rol de anfitrión.
Primeras fotos de la ciudad y siguiendo la estela de nuetro amigo nos
dirigimos al restaurante donde dejamos a buen recaudo las bicibletas.
Reservada la comida nos tomamos un respiro para dar una vuelta por la ciudad
(Paco y Ramón) y nosotros (Germán y Teo) esperar a otro buen amigo,
J.M.Huerga, que desde Valladolid viene para compartir el día con nosotros.
A las 2:30 nos reencontramos de nuevo para comer y reponer las fuerzas
perdidas. La lluvia continua y siguiendo las recomendaciones del metre,
recreamos el paladar (que compartimos con nuetros lectores) a base de unos
originales entrantes propios de la casa (pulpos, croquetas de bacalao y
mollejas de cordero) y un exquisito lechazo al horno.
Finalizada la comida con la sobremesa y a la vista de las circunstancias
(tentadora propuesta de nuetros amigos y amenazante tarde lluviosa),
decidimos dar por terminada la etapa y disfrutar de nuestra estancia en
Zamora. Cogemos de nuevo las bicicletas y siguiendo al coche de German nos
dirigimos al Hotel Don Sancho donde nos alojamos y cambiamos de indumentaria.
Para seguir la velada nos dirigimos en el coche a Gema del Vino a la bodega
de Germán; un especio "Sacro Santorum del vino" escavado en la montaña. Muy
pronto se une otra persona más: Lorenzo, otro viejo y simpático compañero de
colegio que haciendo gala de su buena memoria nos ayuda a recordar y nos
alegra con sus palabras. Afloran añoranzas y viejos recuerdos que,
acompañados de abundante tapeo y aderezados con un buen vino animan la
tertulia con un pequeño viaje hacia los años de nuestra infancia: Fuente del Maestre,
Lucena...
Continúa la tarde y ya de vuelta al hotel nos invitamos de nuevo y llega,
como de costumbre, la hora de la despedida y el tiempo del descanso.
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El Duero en Zamora |
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Nubes amenazantes sobre la N-630 |
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La bodega de Germán |
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Germán, Jose Mª, Teo y el lechazo
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Brindis por el reencuentro |